martes, 15 de enero de 2013

PROCESAMIENTO AUDITIVO: PIEZA CLAVE EN LOS DÉFICITS DE ATENCIÓN Y EL DESARROLLO DEL LENGUAJE


Las habilidades de escucha sobrepasan los límites de la simple recepción y transmisión del sonido por parte del sistema auditivo que, como sabemos, empieza desde el mismo pabellón auricular. Nos referimos a las habilidades de escucha como la capacidad para codificar la información auditiva que le permite al niño focalizar, discriminar e identificar señales acústicas así como trasmitir continuamente información a través del  Sistema Nervioso Central  y Periférico; ya que se trata de un proceso superior, este puede filtrar, escoger y combinar información en niveles perceptuales y conceptuales apropiados que le permitirán  archivar y evocar información de manera eficiente.

La posibilidad para codificar la información auditiva es un mecanismo que se denomina Procesamiento Auditivo Central.  De esta forma, el sistema auditivo es un gran analizador de los sonidos que recibe. Debido a los diversos puntos en los que la información auditiva se transforma, el sistema auditivo central permite comprender no sólo la naturaleza y origen de los sonidos sino que realiza operaciones complejas de orden comprensivo con esa información. Tal como se dijo, en las áreas de asociación se une con otras informaciones y por eso es posible responder a estos estímulos. La  periodicidad, frecuencia de presentación y secuencia en los sonidos recibidos  permite al cerebro crear “engramas” o huellas que son el producto del análisis de estos sonidos. Cada vez que un nuevo sonido es escuchado, como sucedería con las palabras, el cerebro los compara con los que ya posee y empieza a darles una nueva ubicación. Por eso es tan inconveniente hablarle  a los niños “ a media lengua” pues estos engramas equivocados se irán fijando y eliminarlos es más difícil que crear unos nuevos. Esta es una de las explicaciones para los malos hábitos de habla de los niños que están desarrollando su expresión oral

La recepción de sonidos y su  asignación de significados  le permitirán compararla con los conceptos que posee y que su contexto le va mostrando. Así, emergerán las primeras palabras como resultado de esta interacción entre diferenciación de sonidos, asignación de significados y medio ambiente estimulante. Las habilidades de escucha o PAC preceden a la producción del habla y complementan la adquisición del lenguaje, y si pensamos en que buena parte de la información que recibe un niño se realiza en formas verbales pues el canal auditivo y sus posibilidades de procesamiento adquieren mayor importancia.

El desarrollo de las habilidades de escucha o PAC sustentadas en el sistema auditivo evidencia una rápida evolución que se ve acompañada de las posibilidades motrices, como es el caso del sostén cefálico hacia los tres meses de edad si se trata de localizar la fuente sonora ubicada lateralmente. Poco a poco no sólo se  tratará  de la localización de la fuente sino de determinar cambios en la secuencia temporal de sonidos, y ya que el niño escucha sonidos ambientales y sonidos lingüísticos podrá diferenciar cuáles tienen significado de acuerdo a los contextos provistos por su madre o cuidadores. De modo que esta secuencia temporal es una función auditiva superior de importancia extrema ya que cumple un aspecto significativo en el habla. Así, las habilidades de escucha le permiten determinar qué sonidos del habla se utilizan para señalar diferencias de significado.

Existe una relación muy estrecha entre el sistema auditivo, las habilidades de escucha, la adquisición del lenguaje oral y su aporte al desarrollo cognitivo. Ya vimos la forma en que el sistema auditivo suple las necesidades de las habilidades de escucha. A este punto sabemos  que  aunque un niño puede oír bien, es decir, su sensibilidad auditiva es normal, sus habilidades para procesar información auditiva puede estar fallando. Esto significa que puede tener dificultades para analizar, sintetizar, almacenar y evocar información.  Este tipo de actividades son de uso permanente cuando un niño está desarrollando su lenguaje y por supuesto cuando se encuentra en un salón de clase donde la mayoría de la información se hace oralmente. Si sumamos  a esto la competencia que tiene un niño con estas dificultades frente a otros más hábiles, pues podemos imaginar que tendrá serios problemas y que se verá en desventaja en comparación con ellos.

Cuando un niño logra desarrollar lenguaje en términos de conceptos, organizar la experiencia, y dar sentido a ésta a través de la posibilidad de simbolizar estamos pisando el terreno del pensamiento. Su  elemento básico son los signos  y símbolos, y estos se despliegan a través del lenguaje. Uno se sirve del otro en forma recíproca. La adquisición del lenguaje requiere el establecimiento de funciones mentales o cognitivas integras: percibir, analizar, razonar. De ahí se desprenden todo tipo de procesos: clasificar conceptos, jerarquizar ideas, secuenciar eventos y referirse a objetos y eventos no presentes.

Las dificultades en el PAC son más frecuentes de lo que pensamos, con frecuencia acompañan a los denominados déficits de atención, pero no es correcto afirmar que un niño que tiene dificultades en el PAC necesariamente puede tener un déficit de atención. El punto de confusión se presenta cuando se observan algunas características en común como  la dificultad para enfocar y sostener la atención. En otros casos, se pueden ver como niños impulsivos por la imposibilidad de descifrar o decodificar los mensajes que recibe. También se podrán desarrollar problemas de socialización con consecuencias comportamentales negativas como respuesta al mundo hostil que el niño no logra entender.

Estas son algunas señales de alerta que pueden hacer sospechar sobre dificultades en el PAC:
Historial con infecciones de oído frecuentes.
Baja resistencia al  multiestímulo o hipersensibilidad. (Se desestabilizan y  llora  ante ambientes ruidosos)
•No miran a los ojos de quien les habla, se muestran evasivos y desatentos en la comunicación.
•Dificultad para sostener atención.
•Retraso en la adquisición del lenguaje o expresión oral ininteligible.
•Dificultad para recordar y evocar  la información presentada por vía oral.
•Imposibilidad  para ejecutar instrucciones complejas.
•Se demora más tiempo del necesario para procesar la información y responder oportunamente.
•El rendimiento académico puede estar por debajo del esperado.
•Problemas de comportamiento, son bastante irritables.
•Alteraciones con la escritura y la  lectura, comprensión, deletreo y vocabulario.
•Dificultad para la adquisición del segundo idioma.


La ayuda terapéutica debe hacerse a cargo de un equipo profesional que verifique estas dificultades y emprenda un plan orientado a facilitar los procesos de codificación y decodificación de tonos puros, sonidos ambientales e instrumentales para poder llegar al análisis y síntesis de sonidos lingüísticos.

Algunas estrategias que se pueden manejar de forma práctica dentro del contexto cotidiano del niño son:
ü La voz de la madre es indispensable para  que el bebé se conecte auditivamente con su medio. Háblele, pero hágalo utilizando variaciones en la entonación, intensidad, tono, timbre y  duración de la voz. Evite la “media lengua”.
ü Si observa a su hijo silencioso o si presenta alguna dificultad para entenderle, preste atención especializada inmediata, de manera que pueda construir oportunamente las diferentes etapas evolutivas con sonidos puros y del lenguaje.
ü Acompañe a su hijo cuando  ve TV. o juega videos, de manera que usted pueda preguntarle frecuentemente sobre el vocabulario, la interpretación de escenas y el seguimiento de las secuencias.
ü Hable lentamente y con claridad  para que le permita  retener y procesar la información.
ü Apoye el discurso con ilustraciones  y dé al niño un tiempo prudente para la ejecución.
ü   Motívelo para que establezca  contacto visual con el interlocutor cuando le hablan.
ü Las estrategias de remediación están dirigidas a entrenar las habilidades de discriminación, memoria, atención, análisis / síntesis, localización, secuenciación e integración auditivo-vocal.
ü Discriminación o diferenciación de sonidos  lingüísticos y no lingüísticos, similares, diferentes, con y sin significado.
ü Actividades de memoria y secuencia auditiva: recordar imágenes auditivas, secuencias de orden de números y patrones tonales y rítmicos.
ü Atención y separación figura-fondo: enséñele a identificar sonidos específicos a pesar de escuchar otros sonidos de fondo. Esto le permite seleccionar los estímulos relevantes de los que no lo son y favorece el mantenimiento de la atención.
ü Análisis auditivo: requiere separar componentes del habla como separar palabras en sílabas o fonemas.
ü Síntesis auditiva: Consiste en identificar fonemas en sílabas y sílabas en palabras.
ü Localización: se refiere a determinar la dirección del origen del sonido y requiere la participación de ambos oídos.
ü Imagen auditiva o integración auditiva-visual: se refiere a asociar sonidos con una representación gráfica y producciones orales con símbolos impresos.



El plan también debe incluir  comprobación del estado de su integridad auditiva, descartar déficit de atención y vigilar su desarrollo motor y sensoriointegrativo. Además, es necesario darle  al grupo familiar una explicación clara sobre las dificultades del niño y se le permitirá acercarse a las estrategias trabajadas para apoyar en casa las habilidades desarrolladas.

Hasta aquí hemos presentado los aspectos principales que relacionan la capacidad de escuchar con la posibilidad de procesar de forma comprensiva esos sonidos. Comprender el correlato anatómico y fisiológico contribuye a comprender la complejidad del proceso para poder abordar dicha  problemática. La  conclusión más importante es que las habilidades de escucha o PAC es un factor  que puede determinar el éxito o fracaso de un niño en su desarrollo lingüístico y en la adquisición de aprendizajes. La expectativa más grande es conformar grupos de estudio que se interesen para trabajar estos aspectos y lograr consenso entre los profesionales que se buscan fortalecer estos aspectos en los niños.

Bibliografía
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4.     Lasky, E. Katz, J. Central auditory processing disorders. Problems of speech, language, and learning. Univerity Park Press. Baltimroe. 1983.
5.     Love Russell J., Webb Wanda G. Neurología para los especialistas del habla y del lenguaje. Editorial Médica Panamericana. Bogotá. 1989.
6.     Luria A.R. Lenguaje y Pensamiento. Breviarios de conducta humana, No. 16.    Editorial Fontanella. Barcelona. 1980
7.     Moreno Castro, Jairo A. Pensamiento, lenguaje, Comunicación. Signum. Colección Papeles de Tertulia. Bogotá. 1993



[1] Lasky, E. Katz, J. Central auditory processing disorders. Problems of speech, language, and learning. University Park Press. Baltimroe. 1983.

[2] Love Russell J., Webb Wanda G. Neurología para los especialistas del habla y del lenguaje. Editorial Médica Panamericana. Bogotá. 1989.
[3] Ingram, D. Transtornos Fonológicos en el Niño. Editorial Médica y Técnica. S.A. España. 1983. Pp. 30.
[4] Arnold, E. Contemprary diagnosis and management of Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder. Handbooks in Health Care Co. Second Edition.  Newtown, Pennsylvania, USA. 2002. Pp. 10.


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