lunes, 29 de octubre de 2012

10 puntos para ser más feliz


Con la reciente fiebre por medir la felicidad y los resultados de una encuesta aplicada en México por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, sería bueno recordar algunas cosas podrían ayudarnos a ser más felices.
Existe un consenso entre investigaciones psicológicas sobre las 10 actividades más importantes en la vida de una persona que se considera feliz:
1. Haz cosas por los demás. Ayudar a otras personas ayuda a sentirte bien contigo mismo.
2. Relaciónate. Las personas con más y mejores relaciones de amistad aumentan su felicidad debido a los sentimientos de amor y apoyo que generan.
3. Haz ejercicio. Actividades físicas y una buena salud benefician mucho a la manera en que te sientes.
4. Aprecia las cosas pequeñas. Hay muchas cosas a las que no ponemos atención por estar sumidos en la rutina; voltea a ver a tu alrededor, puede haber algo que te sorprenda.
5. Intenta hacer algo diferente, ya sea un deporte o aprender un nuevo idioma. Las personas que se encuentran buscando hacer nuevas cosas son de las más felices.
6. Ponte metas. Sé ambicioso, pero realista en los objetivos que quieras para tu vida; de nada sirve ir a la deriva por el mundo o proponerte lo imposible.
7. Resígnate a lo malo. En ocasiones las cosas no salen como queremos, pero lo que sí podemos controlar es cómo reaccionamos a estas situaciones.
8. Sé positivo. Quienes tienen emociones positivas o de agradecimiento entran en una "espiral de felicidad" que puede afectar también a los demás.
9. Acéptate como eres. Todos tenemos defectos, es algo que no se puede evitar y debemos aprender de ello para mejorar.
10. Encuentra sentido a tu vida. Muchas personas lo encuentran en la religión, su pareja, su familia o su trabajo.

lunes, 22 de octubre de 2012

Educar a un preescolar para la actividad física

Los niños de preescolar tienen mucha energía que utilizan de una forma más organizada que cuando solo tenían uno o dos años. En lugar de limitarse a corretear por el patio, se dispone de las habilidades físicas y de la coordinación necesarias para montar en triciclo o perseguir una mariposa.
También están descubriendo qué significa jugar con un amigo en vez de hacerlo solo junto a otro niño, como hacían cuando tenían uno o dos años. Relacionándose con otros niños, desarrollan importantes habilidades sociales, como ser capaz de compartir o de respetar los turnos. A pesar de los conflictos ocasionales, los niños aprenden a cooperar y a relacionarse durante el juego.

Ayudar a los niños a desarrollar nuevas habilidades

Los niños de preescolar van desarrollando importantes habilidades motoras a medida que van creciendo. Entre las nuevas habilidades que podría manifestar se incluyen saltar, brincar, ir a la pata coja, agarrar pelotas al aire, dar volteretas o mantener el equilibrio sobre un pie. Ayude a su hijo a practicar estas habilidades jugando y haciendo ejercicio con él.
Cuando vaya de paseo con su hijo, es posible que el pequeño se queje de lo cansado que está, pero lo más probable es que sus quejas solo se deban al aburrimiento. Caminar a buen ritmo puede carecer completamente de interés, de modo que pruebe los siguientes consejos para animar los paseos familiares:
  • Convierta el paseo en una búsqueda del tesoro, proponiéndole a su hijo elementos a encontrar, como una puerta roja, un gato, una bandera o algo que sea cuadrado.
  • Canten canciones o reciten poemas o rimas durante el paseo.
  • Combine el paseo con saltos, breves carreras y desplazamientos a pata coja y hacia atrás.
  • Convierta el paseo familiar en una experiencia matemática, enfatizando el uso de los números y el cómputo de objetos: ¿Cuántas ventanas hay en la puerta del garaje? ¿Qué número hay escrito sobre la puerta de esa casa?
Este tipo de actividades, aparte de ser divertidas, ayudan a preparar a los niños para la enseñanza primaria.

¿Qué cantidad de actividad se considera suficiente?

La Asociación Nacional para el Deporte y la Educación Física de EE.UU (NASPE, por sus siglas en inglés) ofrece las siguientes recomendaciones para los niños de preescolar, afirmando que deberían:
  • acumular un mínimo de 60 minutos de actividad física estructurada (es decir, organizada por usted u otro adulto) al día.
  • implicarse en un mínimo de una hora —y hasta de varias horas seguidas— de juego libre cada día.
  • no estar inactivos más de una hora seguida, a no ser que estén durmiendo.
Limite el tiempo que su hijo dedica a ver la televisión (lo que también abarca los vídeos y los DVD), utilizar el ordenador y jugar a videojuegos a no más de entre una y dos horas al día.

Juego estructurado

Los niños tienden a participar en juegos estructurados en las guarderías y en las clases infantiles, como el juego de las sillas, juegos de baile y muchos más. Considere la posibilidad de inscribir a su hijo en clases de baile o de psicomotricidad para preescolares.
Su hijo también puede participar en juegos estructurados en su propia casa. Si disponen de patio exterior o terraza, jueguen los dos juntos o practiquen habilidades motoras, como lanzar y coger pelotas al vuelo. A los niños de preescolar también les encanta jugar en parques infantiles.
A pesar de que muchos niños prefieren el exterior, también se pueden organizar muchas actividades divertidas en el interior: carreras de obstáculos apropiadas para su edad, búsquedas del tesoro, fortalezas construidas con sábanas, cajas y sillas. Establezca un área de juegos en su casa y despéjela de objetos que se puedan romper.
He aquí algunas ideas más para el juego estructurado:
  • jugar a botar la pelota y a agarrarla al vuelo
  • utilizar aviones de papel para practicar la conducta de tirarlos y agarrarlos al vuelo
  • mantener el equilibrio llevando un saquito de arroz encima de la cabeza mientras uno se desplaza; este juego se puede convertir en un reto más atractivo construyendo un sencillo circuito de slalom
  • jugar a quedarse congelado mientras se baila
  • jugar a la carretilla, sosteniendo las piernas del niño mientras él se desplaza hacia delante apoyándose en las manos
Muchos padres prefieren inscribir a sus hijos en deportes organizados. Aunque hay algunas ligas abiertas a niños de solo 4 años, los deportes organizados no son recomendables hasta que los niños sean un poco mayores. Los niños de preescolar no entienden las reglas complejas y a menudo carecen de la atención, las habilidades y la coordinación necesarias para practicar este tipo de deportes.
Si decide inscribir a su hijo de preescolar en un equipo deportivo, como uno de béisbol o de fútbol, asegúrese de que ponen el énfasis en ayudar a los niños a adquirir habilidades físicas básicas, como correr, y habilidades sociales fundamentales, como seguir reglas y respetar los turnos.
Si su hijo todavía no está preparado para participar en un equipo o no le interesan los deportes, considere la posibilidad de centrarse en ayudarle a seguir trabajando las habilidades motoras fundamentales, como saltar a pata coja, mantener el equilibrio sobre un pie, agarrar pelotas al vuelo, dar volteretas y tal vez montar en triciclo o en bicicleta. Si quiere enseñar a un preescolar a jugar a béisbol, empiece enseñándole las habilidades básicas implicadas en este deporte, como lanzar la pelota, agarrarla al vuelo y golpearla con el bate. Luego, cuando su hijo juegue un partido, no se preocupe si no llega a la primera base, basta con que corra en la dirección adecuada.

Juego no estructurado

El juego no estructurado consiste en dejar a los niños jugar libremente en un ambiente seguro. Durante este tipo de juego, se les debe permitir elegir entre variedad de actividades físicas, como explorar, jugar al aire libre o bailar por la cocina.
Durante el juego simbólico (o de simulación), a los niños pequeños a menudo les gusta adoptar roles específicos de género, ya que se están empezando a identificar con los miembros de su propio género. Una niña puede hacer ver que es su madre simulando “trabajar” en el jardín, mientras que un niño puede imitar a su padre simulando cortar el césped.
Es evidente que su hijo está pendiente de cómo pasan el tiempo sus padres, de modo que dele un buen ejemplo haciendo ejercicio con regularidad. Los niños que se dan cuenta de que sus padres practican actividades físicas es natural que también quieran practicar este tipo de actividades.

lunes, 15 de octubre de 2012

Stuttering in Children


Many toddlers and preschool age children stutter as they are learning to talk, and although many parents worry about it, most of these children will outgrow the stuttering and will have normal speech as they get older. Since most of these children don't stutter as adults, this normal stage of speech development is usually referred to as psuedostuttering or as a normal dysfluency.
As children learn to talk, they may repeat certain sounds, stumble on or mispronounce words, hesitate between words, substitute sounds for each other, and be unable to express some sounds. Children with a normal dysfluency usually have brief repetitions of certain sounds, syllables or short words. The stuttering usually comes and goes and is most noticeable when a child is excited, stressed or overly tired.
It is not usually known what causes some children to stutter, but it does seem to be genetic, and a child is more likely to stutter if a parent also stutters. Stuttering is also more likely occur in children who are under a lot of stress, for example, after starting a new day care, moving, birth of a new sibling, etc., and it is more common in boys.
Stuttering is usually not a concern, as long as it doesn't persist for more than five or six months or at least gradually improve during that time period. Until it does go away by itself, some steps you can take to help your child, include:
  • Not correcting or interrupting him when his is talking, and ask others to not correct him either.
  • Not asking him to repeat himself or tell him to slow down.
  • Don't make him practice saying certain words or sounds.
  • Be sure to talk to your child slowly and clearly and give him the time he needs to finish what he is trying to say.
  • Talk to your child a lot by discussing his day, narrating out loud the things you are doing and reading books.
  • Try to minimize stress or situations that make the stuttering worse.
If the stuttering is ignored, it will usually resolve without any intervention. Parents will need to be supportive though if the stuttering is bothering their child.
True stuttering is much less common than psuedostuttering. Unlike children with pseudostuttering, children with true stuttering are more likely to have long repetitions of some sounds, syllables or short words. While it may also come and go, true stuttering occurs more often than pseudostuttering and occurs more consistently. Children with true stuttering are also more likely to notice the stuttering and to be anxious or embarrassed by it and may develop a fear of speaking.
For children with pseudostuttering, if the stuttering does persist more than five or six months, or is making your child anxious or self-consciousness, then he may benefit from a speech evaluation and treatment with speech therapy. Children with true stuttering, especially if it is making them anxious or embarrassed, should be evaluated by a speech pathologist, who can begin speech therapy.

jueves, 4 de octubre de 2012

Los años mágicos

Con la ayuda de un vestido con volados, una tiara y una varita mágica, su niña de tres años se transforma en la reina de un universo mágico donde su caballo imaginario es un unicornio con alas. Cuando el niño le pida que pruebe las nubes rosas, tendrá que estar de acuerdo en que saben bastante parecido a la goma de mascar.

Su hijo se pone una sábana sobre los hombros y corre a gran velocidad por el jardín. El aire levanta la tela; las piernas de su hijo vuelan por el aire. "¡Mira mamá; puedo volar!", dice el niño de 4 años. Es un superhéroe y su misión es defender el jardín de dragones que acechan detrás de los arbustos y encontrar el tesoro enterrado en el arenero.

Los padres de los niños en edad preescolar tienen frente a ellos uno de los teatros más imaginativos posibles. A esta época se la denomina "los años mágicos" —los años durante los cuales el cerebro del niño está lo suficientemente desarrollado como para imaginar historias fantásticas que todavía no serán tan complejas como las de los adultos y preguntan "¿Pero eso puede suceder realmente?"

A continuación se indica por qué la imaginación es tan importante y lo que usted puede hacer para fomentarla durante estos años "mágicos".

La manera en la que los niños en edad preescolar ven el mundo

Hay muchas cosas que los niños pequeños no pueden comprender sobre el mundo que los rodea. Por lo tanto, "llenan los espacios vacíos" con explicaciones mágicas sobre cómo funcionan las cosas.

Esta época, que alcanza su punto máximo durante los años del preescolar, fue apodada "los años mágicos" por la experta en desarrollo infantil Selma Fraiberg, PhD, en 1959, cuando escribió el libro del mismo nombre.

Los bebés utilizan los sentidos (tacto, gusto, olfato, vista y audición) para explorar el mundo que los rodea. A medida que crecen, comienzan a comprender la función básica de las cosas ("Si pulso este botón, el pony saltará del establo").

Al estar en preescolar, toman este conocimiento y lo combinan con su gran imaginación para desarrollar ideas fantásticas sobre por qué y cómo suceden estas cosas. Al pasar por estos años mágicos, la fantasía se convertirá en realidad a medida que los niños comprenden mejor el mundo que los rodea.

Tomemos el ejemplo de la aspiradora. Un niño de dos años puede tener miedo a la aspiradora, porque piensa que él podría ser succionado de la misma manera que el aparato electrodoméstico aspira el pelo del perro. Pero un año o dos después, en vez de llorar desesperadamente, pretenderá ser perseguido por el "monstruo" de la aspiradora —y estará más tranquilo porque sabe que la aspiradora nunca lo tragará.

Alrededor de los 6 años, los niños ya saben que el miedo de ser tragado por la aspiradora es irracional —no existe ninguna posibilidad de que el cuerpo de una persona entre en ese tubo pequeño— y en vez de preocuparse quieren ser ellos los que pasan la aspiradora.

En esta situación, el niño usó su imaginación para ayudarlo a superar sus miedos. Este escenario se repite una y otra vez, a medida que los monstruos del armario desaparecen repentinamente con la ayuda de un cerebro que comienza a diferenciar entre lo posible y lo imposible.

Al jugar a que son otras personas, los niños practican nuevos roles (como superhéroes, princesas, animales salvajes y hasta sus mismos padres) y aprenden a solucionar problemas de una manera creativa. Pero también aprenden a controlar otro obstáculo de los años del preescolar: las emociones intensas. Es posible que se ponga en penitencia a las muñecas por acciones similares a las ofensas que su pequeño haya cometido. Es posible que aparezca un amigo invisible (que se porta mucho peor que su hijo) para ayudar a su hijo a controlar los sentimientos de culpa y remordimiento después de un momento donde se perdió el control, como por ejemplo haber golpeado a un compañero en la escuela.

El autocontrol es una aptitud difícil de aprender, y jugar a que se es otra persona ayuda a los niños a practicar este control ya que logra recrear la frustración que crea.

Cómo alentar a los niños a jugar usando la imaginación

El juego en el que se usa la imaginación comienza en la mente del niño. Pero esto no significa que los padres no puedan sumarse a este juego. A continuación indicamos algunas de las maneras de alentar a su hijo a armar un mundo de fantasía:

Siga su juego. Cuando los niños saltan por el aire y dicen que están volando, no les diga que tan sólo están saltando. En cambio, alimente su fantasía: "Increíble. ¡Mira lo alto que estás! ¿Qué ves desde lo alto? Quizás podrías descansar en esa nube". O mejor aún, vuele con él.

Escoja juguetes antiguos. Los bloques, las muñecas, las manualidades y la arcilla, son juguetes que requieren el uso de la creatividad y estimulan la imaginación.

Limite el uso de juguetes electrónicos. Sin importar si es un sistema de entretenimiento de mano o una computadora portátil, trate de evitar el uso de juguetes que requieran baterías. Cuando el juguete es el que dirige el juego, en vez del niño, prácticamente no existe la creatividad.

Léale a su hijo. Y mientras le lee, hágale preguntas que lo hagan pensar como las siguientes: "¿Si fueras una oruga, qué comerías?" o "¿Qué crees que pasará en la historia?". Esto no sólo alienta la imaginación sino que también promueve las aptitudes del lenguaje y fomenta el interés en los libros.

Planifique tiempo libre. Asegúrese de que los niños tengan tiempo libre todos los días para jugar por su cuenta. Además de alentarlos a que usen su creatividad, les enseña a usar sus propios recursos para entretenerse o calmarse.

Limite el tiempo frente a una pantalla. Cuando los niños miran una película, o inclusive un programa educativo, experimentan el mundo mágico de otra persona, en vez de ejercitar su propia imaginación. Y ciertos temas de la TV no son adecuados para los niños en edad preescolar. Los niños más pequeños son los que suelen dejarse influenciar con más facilidad por las publicidades ya que no pueden discernir entre una publicidad y un programa real. Los expertos recomiendan que los niños mayores de dos años sólo vean entre 1 y 2 horas de televisión de calidad por día.

Cuando la magia termina

Llegará el día donde la tiara comenzará a juntar polvo y su pequeño ya no crea que puede volar. Será un momento agridulce. Extrañará acceder a ese mundo donde todo es posible. Pero es una señal de que el cerebro de su hijo se está desarrollando correctamente.

En el cerebro, la corteza prefrontal —el área que separa la realidad de la ficción— ha hecho las conexiones necesarias para procesar un pensamiento más complejo. Por lo tanto, la manera en la que el niño creyó que el mundo funcionaba no es necesariamente como realmente funciona.

Esta época de la niñez, a veces denominada "la edad de la razón" es también el momento cuando los niños comienzan a formar una conciencia, a diferenciar entre el bien y el mal y no actúan por impulso sino porque es lo "correcto".

La edad de la razón explica por qué muchos niños de segundo grado son expertos para compartir —tienen en cuenta los sentimientos de otros. Y también explica por qué los monstruos que vivían debajo de la cama desaparecen. Un niño de esta edad se da cuenta que como nunca ha visto un monstruo, posiblemente éste no exista.

También es la época en la cual las respuestas fantásticas a sus preguntas complejas ya no lo satisfacen. La luna no está hecha de queso. Alcanzar la edad de la razón, no significa que los niños no pueden imaginar un partido de Bowling en el cielo o una luna hecha de queso —sólo significa que ahora saben que es un chiste.

Y a medida que crecen, su imaginación y creatividad se traducirán en música, arte, escritura y pensamiento crítico.

El pensamiento crítico que inspira a los niños a buscar más información y comprender ideas más complejas es la próxima aptitud clave. Y es la herramienta que les permitirá tomar decisiones y resolver problemas. Los padres se sentirán orgullosos de ellos al verlos caminar hacia la adolescencia.