lunes, 14 de mayo de 2012

Mala alimentación en los niños = Obesidad infantil, déficit de atención e inestabilidad emocional


Problemas de déficit de atención, ansiedad, individualismo, falta de comunicación y frustración en los niños pueden ser provocados por el exceso en el consumo de productos industrializados con altas cantidades de azucares, aditivos y grasas trans, inducidos por el bombardeo que se hace a través de los medios de mensajes publicitarios, principalmente dirigidos a este sector de la población, quedando de manifiesto que la mezcla de azúcares, grasas, aditivos y conservadores afectan considerablemente la salud de los infantes principalmente.

De aquí la importancia de que, en primer orden, los padres de familia asuman la responsabilidad de otorgar a sus hijos elementos nutritivos que les proporcionen el abasto de la energía necesaria para el desempeño de sus actividades y luego, la sociedad en pleno muestre una actitud pro-activa hacia este tipo de problemas y una esfuerzos para trabajar en pro de una legislación que proteja los derechos de este sector poblacional.

Ha quedado comprobado, después de estudios en escuelas primarias, fundamentalmente, que ante el consumo de productos como chocolates, dulces, helados, y todo tipo de comida rápida, como hamburguesas, hot-dogs, papas fritas, etc. los niños manifiestan mayor inestabilidad emocional y cambios importantes en su psicología, tendientes a la irritabilidad, el cansancio o falta de energía e incluso la violencia.

Cuando estos productos son retirados de su alimentación y se sustituyen por comida de origen natural, su transformación es evidente y el aprovechamiento es mayor.
Es por ello que como padres de familia, es necesario enfocar nuestros esfuerzos para llevar a cabo un cambio en los hábitos alimenticios, evitar darles un desayuno copioso e hipercalórico y luego su refrigerio de frutsi, frituras o pan.

Productos como las hamburguesas, los cereales comerciales de marca, y la mayoría de las golosinas, provocan una ingesta de alimento mucho mayor a establecida como máximo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ello deriva, además de los trastornos ya mencionados, en un incremento de la obesidad en los niños, lo que lleva al desarrollo de otras enfermedades como la diabetes, las caries dentales e incluso de algunos cánceres.
Es necesario adecuar su dieta para evitar esas actitudes que deterioran el organismo, además de que causan problemas sociales de importancia, que muchas ocasiones derivan en violencia, la mayoría de las veces, ocasionada por una ingesta desmedida de azúcares y harinas refinadas.
Puesto que los grandes intereses comerciales impiden que se puedan contrarrestar las campañas publicitarias, principalmente en las televisoras, nos queda como único camino, educar a nuestros hijos en hábitos alimenticios y de vida saludables y tenerles siempre a mano frutas, verduras, cereales integrales (no de caja), lechadas de almendra, alpiste, avena y coco y como elementos para endulzar miel de abeja, piloncillo o de agave, opciones trofológicamente correctas.